Llevar la tecnología puesta, una 'moda' con utilidad

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Llevar la hora en un reloj de pulso marcó siglos atrás una revolución tecnológica, algo difícil de creer para las generaciones actuales, criadas con dispositivos que ayudan a monitorear la salud y acostumbradas a los equipos móviles.

La evolución de un elemento tan simple, atado a la muñeca, se puede considerar el punto de partida de la wearable technology.Las manecillas se transformaron en números, y se adoptaron luz, fecha, calculadora, despertador, cronómetro… una extensa lista, a la que se añaden atributos como medición del pulso, conectividad con redes sociales, geolocalización, llamadas telefónicas y captura de fotografías.

Traducido, aunque sin ser un término avalado, este concepto se conoce como la tecnología ‘vestible’: todo dispositivo o aparato que llevamos puesto y que nos da conectividad.

Jaime Estrada, director de asuntos corporativos de Intel para Latinoamérica, explica que la wearable technology hace parte de lo que se conoce como el internet de las cosas. “Son una serie de dispositivos que van a estar conectados a internet para unos usos específicos”, dice.

El reconocimiento de este concepto crece tan rápido como se amplía el portafolio de productos. Gigantes tecnológicos han desarrollado gafas que, además de conectividad, ayudan a reconocer a otras personas y permiten sumergirse en otros mundos a través de realidad virtual.

Las bandas elásticas son tal vez las de mayor uso. En forma de brazaletes o ajustadas al cuerpo, hacen una lectura estadística de la actividad física de los usuarios: calorías, recorridos, distancia.

La salud es una de las líneas de mayor énfasis. Intel presentó hace poco una camiseta que monitorea la respiración de los bebés. Se llama Nursery y mide en tiempo real los parámetros vitales e informa al teléfono inteligente de los padres.

“Las empresas empezaron a ver que ahí existía una oportunidad de mercado. Compañías grandes plantearon que la siguiente ‘gran cosa’ en internet eran los wearables. Google, Nike, Adidas e Intel comenzaron a lanzar productos y a llamar la atención”, añade Estrada.

La inversión es millonaria. Un estimado de Juniper, compañía que analiza el mercado de tecnología móvil, indica que la próxima generación de ‘vestibles’, incluyendo gafas inteligentes, llegaría a los 1.500 millones de dólares este año. “El auge se debe en parte a que se ha avanzado mucho en las fuentes de energía. Las baterías permiten tener mejor cantidad de energía. Por otro lado, está el miedo creciente de la sociedad a ciertas condiciones médicas, como cardiopatías y diabetes”, dice Johann Osma, profesor de Ingeniería Eléctrica y Electrónica de la Universidad de los Andes.

La creciente demanda hace también que la exigencia ascienda. Más allá de la utilidad que brindan los dispositivos wearables, los consumidores piden estética. Anillos, brazaletes y collares de diseñadores como Tory Burch se abren espacio en este campo. Son piezas que están entre los 49 y los 100 dólares, que en el día monitorean pasos y calorías de quien los lleva puestos, y por la noche, el ciclo de sueño.

Se trata, entonces, de solucionar problemas. De ahí la importancia de implementar esta tecnología en el campo laboral. “El uso de las gafas de Google, por ejemplo, como guía para el personal de mantenimiento de oleoductos, es muy interesante. Los operarios ven las instrucciones de lo que tienen que hacer, verifican inventario y demás. Son aplicaciones útiles en trabajos en los que se necesitan las dos manos”, afirma Osma.

Estos desarrollos confirman que los límites en la tecnología parecen no existir. Jaime Estrada, de Intel, reitera que es un mercado en formación. “Muchos dicen que la gente solo quiere tener su teléfono inteligente y ya. Pero hay estudios que muestran que hay otros que se interesarían en dispositivos como los relojes”, dice.

¿Hasta dónde se llegará? Difícil predecirlo. “Me imagino –agrega Osma– procedimientos quirúrgicos en los que a través de wearables los médicos se puedan guiar.”

Fuente: http://www.eltiempo.com/estilo-de-vida/ciencia/dispositivos-wearables-la-tecnologia-vestible/14364838